Espía de Rippling denuncia ser seguido y su esposa teme por su seguridad

¡Madre mía, la que se ha liado en el mundo de las startups de RRHH! Si alguna vez te has planteado ser espía, como esos personajes de las novelas de Le Carré, la última movida del caso de Keith O’Brien, el espía confeso de Rippling, te va a hacer pensártelo dos veces.
Para ponernos en contexto, O’Brien, el tío que supuestamente espiaba a Rippling para Deel, ¡ha conseguido una orden de alejamiento en Irlanda! Resulta que, según ha testificado, unos tipos le están siguiendo y vigilando la casa. Sí, como en las pelis de espías, pero en la vida real y con un Skoda Superb gris de por medio (en una ocasión, al menos). Más frecuentemente, un hombre corpulento, con el pelo corto y en un SUV negro, a veces acompañado de un perro grande, le estaba haciendo la vida imposible.
La historia de O’Brien ya nos había flipado cuando confesó, allá por abril, que era un espía a sueldo de Deel. Cinco mil eurazos al mes le pagaban, ni más ni menos, por robar datos internos de Rippling: productos, clientes, ¡todo lo que pillaba! Rippling, que no es tonta, le tendió una trampa con un canal de Slack falso, un «honeypot» de manual. Y el día que le pillaron, el drama: O’Brien fingiendo tirar el móvil por el váter de la oficina y luego destrozándolo en casa de su suegra, ¡menudo numerito!
Ahora, O’Brien es la estrella del juicio que Rippling ha montado contra Deel. Imagínate la cosa, que Rippling le está pagando los abogados y todos los gastos relacionados, según han declarado sus propios abogados. Pero ojo, que Deel no se queda atrás y ha contraatacado con una demanda contra Rippling, acusándoles de espiarles también, ¡nada menos que haciéndose pasar por clientes! Vamos, que estos dos gigantes de la tecnología de RRHH se tienen una tirria monumental desde que Deel, que antes era cliente de Rippling, empezó a ofrecer productos que competían directamente con los suyos. ¡La guerra está servida!
Pero volvamos a O’Brien, que es el protagonista de este culebrón. Según cuenta, para intentar despistar al SUV negro que le seguía, hacía giros inesperados y se metía por rotondas a lo loco, pero nada, el coche siempre reaparecía en su retrovisor. Al final, tuvo que contratar a una empresa de seguridad para que le echara un ojo, porque sospechaba que le estaban poniendo dispositivos de rastreo en el coche.
O’Brien asegura que todo esto le está causando un daño «emocional y psicológico» tanto a él como a su mujer. «Tenemos ansiedad en casa y en público. Nos afecta al sueño y a la concentración», declaró en su último testimonio. Normal, vamos, que encima tienen cuatro hijos y temen por su seguridad.
Tanto él como su abogado sospechan que todo este acoso está relacionado con su papel como testigo estrella en el juicio. Pero aquí viene lo bueno: el propio abogado de O’Brien admitió en el juzgado que no tienen pruebas que relacionen a esos tipos con Deel. Y Deel, por supuesto, niega saber nada del hombre del SUV negro. ¡Aquí hay tomate!
Según la publicación irlandesa Business Post, al conceder la orden de alejamiento, el juez dijo algo así como: «Parece que estamos en una serie de polis y cacos de los años 70». ¡Qué razón tiene!
Sea lo que sea que pase con estas demandas cruzadas, O’Brien se ha convertido en la cuerda de un tira y afloja entre estas dos startups de RRHH que tienen dinero a espuertas. Y por lo que cuenta en su testimonio, parece que le está doliendo, y mucho.
Así que, si te molaba la idea de ser espía, piénsalo bien. No todo es glamour y gadgets molones. A veces, te toca lidiar con SUVs negros, persecuciones de película y la ansiedad de pensar que te están vigilando constantemente. Y todo, por una guerra entre empresas que se odian a muerte. ¡Vaya panorama!
Comparte este artículo
Artículos Relacionados

OpenAI ajusta salarios tras fichajes de Meta: ¿Compensación en riesgo?
La Guerra por el Talento en la IA: Meta “Roba” Investigadores a OpenAI y la Respuesta de Sam Altman Vaya tela marinera l...

Trump anuncia acuerdo de venta de TikTok: ¿Fin de la polémica?
¡Bombazo! ¿Un grupo de ricachones va a comprar TikTok? Trump suelta la liebre (otra vez) Vaya, vaya, parece que la telen...

Autores exigen a editoriales limitar el uso de IA: Debate sobre el futuro de la creación
La rebelión de los autores contra la IA: ¿El futuro de la literatura está en juego? ¡Madre mía, qué revuelo se ha montad...